lunes, 4 de noviembre de 2013

De mí

Si la estupidez tuviera grado, acabaría de ascender a capitán general.

Es que no podía ser verdad nada de aquello. 


Era como en un cuento: ‘y sus miradas se cruzaron’…

¡Con lo lista que te crees que eres y con cuanta facilidad un perfecto desconocido te ha tomado el pelo!



Y  no sé qué es lo que más me duele, el que me haya engañado o qué lo haya conseguido.

¿Cuál será el motivo por el que la mayoría de los hombres que se cruzan en mi vida carecen de escrúpulos y de honestidad?

¿A qué tantas palabras, ahora sin sentido?

No sé si era cuestión de batir un record, límite 14 días.

Las cosas son mucho más sencillas.

Pese a que no me guste, necesitaba que escuchar lo que me dijo. Hacía tanto que no me sentía especial, que con poco, me lo hizo sentir.

Pero no era necesario aderezarlo con tantas referencias a los sentimientos.


Lo dicho, un premio a la boba del año.

1 comentario:

  1. Lamento la mala experiencia, pero lo que se atrae tiene que ver con lo que lo atrae, no es una cuestión mística ni kármica, es una cuestión práctica.

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