Tu tentación fue muy cruel, me alcanzó.
Y bastó darte mi cuerpo
para tener lo que
querías
Aposté sin medida a que,
al menos, no me darías la espalda al desaparecer.
No quiero saber, ya sé,
eres como los demás, nada especial,
la mentira por bandera como escudo una gran farsa de soledad.
No volverás, lo sé muy bien.
Sin más te irás diluyendo en la verdad.
Y aunque quizás necesite tu calor,
ya no entrarás por la puerta que forzaste para
entrar
y que ni siquiera cerraste al salir.
Hoy me siento más fuerte.
Navegué sin caerme,
marcando el camino al que no volveré...
No hay comentarios:
Publicar un comentario