Revolviste en mi mente para
llegar más allá,
a ese lugar en donde habitan sensaciones
y sentimientos.
Y dejaste huella y rastro en
el que no dejo de pensar.
Pero el destino va a ser benévolo conmigo,
y si desde que pisé este lugar
sólo ha cruzado dos veces
nuestros caminos,
sería una fatalidad que lo volviera a hacer de nuevo.
Como creo en el sino de las
probabilidades,
1717 a uno que no te vuelvo a
ver.
Así, poco a poco, y con el
devenir de la vida,
otros pensamientos ocuparán el
espacio
que habitas en mi mente,
el resto se irá borrando por
la falta de uso.
Aunque lo cierto es que deseo
tanto sentirte de nuevo
que me parece hasta obsceno,
por eso hoy hago como Neruda:
‘y éstos sean los
últimos versos que yo le escribo’