Fue un instante, que detuvo el tiempo.
En el que, por primera vez, tus labios rozaron los míos.
Sentí tu calor, húmedo, excitante.
Exhaustos de esperar, nos mezclamos en uno con el otro.
Tú piel, la mía, coctel perfecto.
Nada importaba, sólo sentirnos el uno al otro.
Darnos, con la dosis exacta de pasión, deseo y amor.
Ese recuerdo lo guardo, intacto, junto con él de tu olor,
aunque no sea más que eso, un recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario