lunes, 28 de enero de 2013

Negro sobre blanco





Amigo y leal confidente.
Compañero en todo momento, al que abrir el corazón.
Fiel cómplice en intrigas nocturnas.
Eterno camarada
Sobre el que llorar negro sobre blanco.

Sin puntos ni apartes, 
ni interrogantes exclamaciones
Mi inseparable.
Con código secreto, porque nada es lo que parece
nadie quien dice ser.
Para ti, para mí.
Escribano y testigo de mi historia.
Para hacerme ver que, al contrario que el inglés, 
subí una montaña, cuando sólo era una colina.
Regueros de palabras, regados de lágrimas y risas,
con un único objetivo, recordarme que nada me ha superado, aunque no todo quede olvidado.


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